CLASES DE PISTOLAS
Existen varios tipos de pistolas para pintar. Podemos hacer una distinción según el método mediante el cual toman la pintura: pistolas aerográficas de succión y pistolas aerográficas de gravedad. Las pistolas de succión se utilizan con pinturas ligeras ya que el depósito se sitúa por debajo de la pistola y la pintura debe ascender por succión. En las pistolas por gravedad el depósito se coloca sobre la propia pistola, siendo el propio peso de la pintura una ayuda para su entrada en la pistola. Se utiliza en pinturas más pesadas.
Otra distinción que podemos hacer es la siguiente: pistolas eléctricas y pistolas de aire comprimido.
Las pistolas eléctricas son las más ligeras y manejables, aunque no son las de uso más simple. Las pistolas de pintura eléctricas se encuentran disponibles en diversas potencias y caudales adecuadas a las necesidades de cada uno. Su funcionamiento es simple, la pintura sale del depósito a través de un pulverizador al ser impulsada por una bomba eléctrica. Dicha bomba extrae la pintura del depósito a gran presión por lo que debe pasar por un regulador de presión para ajustarla y controlar así la nebulización. Estas pistolas trabajan con presiones superiores a los 100 bares ofreciendo caudales que pueden llegar a rondar los 300 gramos por minuto. La alta presión de trabajo hace que el usuario deba tomar precauciones, como por ejemplo el uso de guantes y monos de trabajo, ya que la pintura podría llegar a penetrar en la piel.
Las pistolas eléctricas son las más ligeras y manejables, aunque no son las de uso más simple. Las pistolas de pintura eléctricas se encuentran disponibles en diversas potencias y caudales adecuadas a las necesidades de cada uno. Su funcionamiento es simple, la pintura sale del depósito a través de un pulverizador al ser impulsada por una bomba eléctrica. Dicha bomba extrae la pintura del depósito a gran presión por lo que debe pasar por un regulador de presión para ajustarla y controlar así la nebulización. Estas pistolas trabajan con presiones superiores a los 100 bares ofreciendo caudales que pueden llegar a rondar los 300 gramos por minuto. La alta presión de trabajo hace que el usuario deba tomar precauciones, como por ejemplo el uso de guantes y monos de trabajo, ya que la pintura podría llegar a penetrar en la piel.
Las pistolas de aire comprimido quizá sean las más utilizadas hoy en día, y también las más sencillas de manejar. El sistema está compuesto por un compresor, un depósito de pintura, y la pistola con el nebulizador. El compresor toma el aire de la sala, lo comprime, y lo envía a la pistola mediante una manguera. La presión de trabajo es menor que en el caso anterior, rondando los 10 bares. Se utilizan con frecuencia para pintar grandes superficies.
Entre los accesorios disponibles para las pistolas de pintura podemos encontrar diferentes tipos de boquilla pulverizadora. Estas boquillas regularán el tipo de chorro con el que trabajaremos. Las más habituales son las boquillas de chorro plano, o de chorro cilíndrico.